Obra original de Caroline Devine
First light from a fellow traveller
Este es un extracto. La obra completa dura 5'15".
Cómo sonaría una estrella si pudiéramos oír sus movimientos. Cómo podrían sus gestos en un frío y extenso vacío llegar hasta nosotros a través de un espacio atemporal.
En la línea de Sferics de Alvin Lucier, 1981, la artista utiliza el espacio como parámetro de composición en su práctica. En colaboración con un equipo de investigación astronómica de la Universidad de Birmingham, tomó datos de las oscilaciones de la superficie de las estrellas y los procesó como sonido.
Para poner el movimiento al alcance del oído humano, la artista transpuso las estructuras tonales en una escultura de arquitectura celeste. Se aplicaron determinados parámetros de composición a los datos hasta que las progresiones naturales se superpusieron como hálitos discordantes y silbidos que se doblan a través del tiempo y del espacio. A lo largo de los ciclos, los hálitos se reforman como una cámara inmensa, pero cercana, que recuerda reinos sin oxígeno donde el único canto de los pájaros es la maquinación de la propia tecnología que nos ha llevado hasta allí.
Las frecuencias estelares, sonificadas como ondas sinusoidales, llegan a nosotros como datos interrogados, desmenuzados para exponer las relaciones sónicas entre las resonancias naturales de las estrellas y el oído receptor, desplegándose en la comunicación entre luz y sonido.